jueves, 17 de abril de 2008

De tu marcha sin querellas

Querida: si la vida fuera un tribunal, yo estaría marchando sin querellas. Atrás, los demandantes de segunda categoría y los jueces vendidos al mejor postor. No estoy ya para ellos, ni para las salas atestadas de abogados principiantes y periodistas ávidos de crónicas policiales. Si la vida fuera un tribunal, yo ya sería ‘cosa juzgada’, y nunca jamás podrían encontrar una herida para volver a encerrarme.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Demasiado bueno

M dijo...

Qué envidia. ¡Disfrútalo!